Por: Angélica María Dussán Rubiano
Muchos creen, sobre todo los que gobiernan, que para
alcanzar un desarrollo sostenible y un crecimiento del país se debe acelerar la
política extractivista de recursos naturales que posee Colombia; entrega de
títulos mineros por todo el territorio nacional, construcción de
hidroeléctricas y exploraciones petroleras entre otras.
Pero lo que debemos saber los colombianos es que
para alcanzar un verdadero y permanente desarrollo del país, lo que se debe
hacer es destinar una gran parte del
presupuesto de Colombia en la investigación, solo con la producción de
conocimiento de nuestra realidad y de nuestros problemas es que podemos pensar
en las grandes soluciones que nos pueden permitir ese verdadero desarrollo
humano al que aspiran todas las sociedades del mundo.
Colombia debe entrar en la onda de los países que
han alcanzado los mayores y mejores niveles de vida y que lo han hecho desde lo
que muchos han llamado “una sociedad del conocimiento”; el desarrollo no se
puede medir desde la producción de grandes capitales si no en aquel que es
capaz de brindar satisfacción y felicidad a sus ciudadanos sin deteriorar el
medio ambiente y la condición de bienestar de los ciudadanos de otros países.
Un ejemplo en el Huila es el de la construcción de
la represa del Quimbo, si en lugar de invertir en ese proyecto que afectó el
medio ambiente del departamento, mejor se hubiera invertido en investigaciones
que puedan conducir a la producción limpia de energías; el conocimiento debe
ser el gran capital de la investigación, no la producción de dineros.
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